Las encuestas que a diario se difunden y publican, continúan presentando en forma sostenida a este tema como prioritario para la comunidad a lo largo y ancho del país. A pesar de ello, el gobierno parece sordo y ciego ante el clamo
r popular.
Ciudadanos que no se resignan a vivir con temor, se manifiestan desde distintos ámbitos: a través de estructuras no gubernamentales, grupos de vecinos autoconvocados solicitando una respuesta a la problemática, habitantes que han organizado sus propios sistemas de seguridad barrial, o simplemente, se reúnen con la intención de reclamar sus derechos y difundirlos, con el fin de concientizar al resto de los ciudadanos.
Ciudadanos que no se resignan a vivir con temor, se manifiestan desde distintos ámbitos: a través de estructuras no gubernamentales, grupos de vecinos autoconvocados solicitando una respuesta a la problemática, habitantes que han organizado sus propios sistemas de seguridad barrial, o simplemente, se reúnen con la intención de reclamar sus derechos y difundirlos, con el fin de concientizar al resto de los ciudadanos.
Como políticos sabemos que sería iluso pretender soluciones mágicas para tan compleja y controvertida problemática, pero si, nos resulta indispensable, el análisis de las variables que permitan proponer soluciones desde abordajes serios y pertinentes.
Los distintos medios de comunicación muestran a lo largo y ancho del país: robos, asesinatos, saqueos, secuestros virtuales, violencia de género, violencia callejera, represión a trabajadores, inseguridad vial, ferroviaria.
La respuesta gubernamental solo se fundamenta en que la oposición junto a los medios de comunicación ponen palos en las ruedas… ¿Negación? ¿Burla? ¿Populismo?.
Hemos visto levantamientos policiales en reclamo de salarios dignos, pertrechos, e insumos necesarios para garantizar un desempeño correcto. Organizaciones intermedias trabajando en adicciones, seguridad vial, y prevención de robos entre otras acciones, tratando de cubrir la ausencia de gobierno en materia de seguridad.
Los festejos que siguieron a la final del mundial de futbol fueron una pequeña muestra de lo citado: grupos de vándalos sin control, amedrentando, robando, haciendo uso de una violencia sin igual, ante una policía durante un largo tiempo estuvo superada y en desventaja.
¿Es culpa de los policías? Obviamente no… Por un lado, la mayor parte de la fuerza se encuentra con agentes que perciben salarios magros, jóvenes policías con escasa formación, sin lo necesario para hacer medianamente su trabajo. La falta de políticas de prevención, y la inoperancia ante los hechos delictivos, no podemos atribuírselo a aquellos que arriesgan sus vidas por nosotros, pero SI, sin duda alguna, a la falta y falla en políticas de seguridad.
Por otro lado cadetes que según dichos del Gobernador a cargo de la provincia en diciembre del 2013 tienen frondosos y extensos prontuarios delictivos, pero aparte de la realización de dicho anuncio, no se ha hecho a la fecha, nada al respecto.
Para entender y abordar la inseguridad no debemos aislarla de su contexto: la pobreza que se niega, la cantidad de niños y jóvenes en situación de calle, escasísimos centros de rehabilitación para adictos, desocupación, políticas tibias frente al narcotráfico.
Mientras la justicia investiga millones y millones producto de la corrupción de funcionarios y amigos del poder, y el gobierno sigue castigando a los trabajadores con un impuesto a las ganancias que en realidad es un impuesto al trabajo (mientras la renta financiera sigue sin gravarse), y los más pobres continúan pagando IVA en productos de la canasta básica, elementales para vivir, seguimos sufriendo la falta de inversión en salud, seguridad y educación.
El gobierno continúa construyendo y difundiendo el relato de una Argentina que no existe, la realidad, la vivimos con miedo, los ciudadanos todos los días.
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